Llevar a cabo un plan para dar a conocer un negocio nunca es fácil y quien tenga uno sabe perfectamente de lo que estamos hablando, especialmente si lo ha abierto hace relativamente poco tiempo y todavía está buscando su sitio en el mercado. Tener una empresa es como tener un hijo y la verdad es que son muchas las personas que coinciden con ese diagnóstico. Desde luego, el hecho de tener que estar pendiente de ese hijo durante 24 horas al día y 7 días a la semana es tan real como la vida misma.
Quiero hablaros de mi experiencia al frente de un bar en mi localidad. Siempre he tenido la ilusión de tener a mi cargo un negocio porque he creído que valgo para ello y, después de haberlo conseguido, quiero reflejar por escrito cómo ha ido todo el proceso. Y es que no se me ha dado nada mal, para qué os voy a engañar. Estoy bastante orgulloso y voy a describir qué pasos he ido siguiendo hasta llegar al punto en el que mi bar se ha consolidado en un mercado que es complicado. Y es evidente que tiene su mérito, no voy a ser yo quien me reste méritos.
En una información publicada en la página web de El Blog Salmón se indicaba que España es y va a seguir siendo un país de bares porque contamos con un establecimiento de este tipo cada 175 habitantes. Se trata de una cifra con la que no cuenta ningún otro país del mundo y que refleja lo atomizado de ese mercado, la necesidad que tenemos de diferenciarnos del resto y lo realmente importante que es conseguir un público objetivo que sea fiel y que nos sirva como base sólida sobre la cual ir creciendo paulatinamente.
Primera fase: mayo de 2023
Fue aquí donde ya me planteé la posibilidad de comenzar a abrir un bar. Sabía que era lo que más quería en el mundo, pero la pregunta que me asaltaba era la de siempre: ¿tenía dinero suficiente para hacerlo? ¿Qué me diría el banco si les presentaba el proyecto? Antes de tener respuesta a esas cuestiones, decidí que era momento de visitar locales y empezar a hacer un balance de los costes que podrían venir asociados a un asunto como este.
Lógicamente, en ese punto no te puedes conformar con cualquier cosa. Buscaba un local que fuera más o menos amplio porque la gente no va a querer meterse en un sitio en el que se sienta agobiada durante sus días o momentos de ocio. Y también necesitaba que el local estuviera perfectamente situado. De nada sirve que pongamos un bar en un lugar en el que no nos vayan a ver cientos y cientos de personas a lo largo de un día. Necesitamos un sitio que cumpla con esas características y pronto me enamoré de uno de los locales que visité y cuyo alquiler, además, no era tan elevado como los de los demás.
Segunda fase: junio y julio de 2023
Decidí ir para delante con todo. Reuní el dinero, conseguí alquilar el local del que estaba hablando en los párrafos anteriores e hice una lista de todo lo que hacía falta para tratar de conseguir que la apertura no se retrasara más de la cuenta. Por tanto, de cara a las primeras semanas del verano lo que era realmente necesario era que empezara a pensar en la decoración del establecimiento y en conseguir toda la maquinaria que fuera necesaria para ofrecer la mejor experiencia y los mejores servicios a mis clientes.
Cuando tienes el objetivo de que tu bar capte la atención de clientes, es evidente que hay que centrarse en el tipo de producto que ofreces y cómo lo cocinas o lo sirves, así que me tomé muy en serio todo lo que tiene que ver con la maquinaria de hostelería y alimentación. En concreto, me centré en la cocina y en la maquinaria de frío comercial. Tuve la enorme suerte de contar con Mayfriho, donde encontré las dos cosas, de tal modo que pude matar dos pájaros de un tiro, ahorrar tiempo y dinero. En apenas unas semanas, ya tuve en el local los dos elementos y empecé a dar forma a mi bar.
En este periodo de tiempo, también tuve que empezar a ver cómo organizaba el trabajo. En total, pensé que sería idóneo contar con 3 personas en el bar. Mi hermano iba a encargarse de las labores propias de la cocina (estaba encantado con las cocinas de las que os estaba hablando más arriba), yo iba a atender la barra y necesitaba a alguien más para que se encargara de atender y servir las mesas. Por tanto, puse un anuncio en varios de los lugares estratégicos de mi ciudad y empecé a realizar entrevistas de trabajo. Antes de que terminara el mes de julio, ya había llegado a un acuerdo con una mujer que contaba con amplia experiencia en un sector como este.
Tercera fase: agosto de 2023
En un mes como el de agosto tuve que empezar a ultimar detalles de cara a la apertura. Por un lado, hablé con mis proveedores para obtener los mejores productos y empezar a ver cómo íbamos a trabajar de ahí en adelante. Por otro lado, terminé de colocar todo lo relativo a la decoración del establecimiento. Y, por supuesto, tuve que empezar a darle vueltas a todo lo que tuviera que ver con el plan de marketing que iba a seguir para intentar dar a conocer un negocio como el mío, que tenía competencia por todos los lados.
La verdad es que en ningún momento tuve miedo de ello. Más bien al contrario: la presencia de muchos bares y restaurantes en mi ciudad me sirvió de motivación. Lo primero que hice fue abrir perfiles en diferentes redes sociales y empezar a promocionar publicaciones teniendo en cuenta la ubicación geográfica del público potencial. Por otro lado, generé un flyer físico que repartiría días antes de la apertura definitiva del negocio y atendí a algunos medios de comunicación locales, amén de poner algo de publicidad en la radio municipal. Eso, unido a que habíamos llamado la atención a través de las reformas que estábamos realizando en el local y de las cuales ya era consciente más de media ciudad, me hacía tener la sensación de que el negocio iba a funcionar.
Última fase: septiembre de 2023
El comienzo del otoño traería aparejada la apertura del establecimiento y la ilusión de empezó a ver en mi cara. Terminé de desarrollar mi campaña de marketing y el día de la apertura se desarrolló en los términos que siempre había soñado. El local estuvo lleno durante prácticamente todo el día y la imagen que ofrecimos creo que fue excepcional. De hecho, tuvo que ser así por el mero hecho de que todo el mundo ha terminado volviendo a mi bar y se ha convertido en uno de los establecimientos que lideran el sector de la hostelería de mi ciudad. Es un orgullo que así sea.
La verdad es que necesitamos seguir en esa línea. Yo tengo en la mente que el momento más complicado para cualquier negocio son los tres primeros años, que son en los que es necesario construir unos cimientos sólidos. Llevo más de un año y la verdad es que la situación que tengo es bastante buena. Y, sinceramente, creo que voy a sobrepasar esos tres años con esa misma buena sensación. Sin embargo, ya os adelanto que esa sensación no va a hacer que me relaje en absoluto. Más bien al contrario: como veo que ese objetivo está al alcance de mi mano, me lo tomo todavía más en serio. Cuando superemos esa cifra, habrá que marcarse otras metas todavía más ambiciosas.
España cuenta con muchas ciudades que son verdaderas referencias en el mundo de la hostelería. En una noticia que fue publicada en la página web del diario La Razón, se comenta que es la ciudad de León la que cuenta con más bares por habitantes de toda España con un total que supera los 5 bares por cada 1.000 habitantes. La verdad es que se trata de una cifra que no está nada mal y que deja claro que los españoles y las españolas adoramos pasar tiempo en locales como estos.
Estoy convencido de que vamos a seguir siendo un país de bares y que el mío va a gozar de una popularidad exquisita por muchos años que pasen. Creo que he hecho una de las cosas más difíciles, que es comenzar con buen pie y empezar a demostrar a la gente que puedo proporcionar un servicio y un producto que sea de calidad para que puedan disfrutar de esos momentos libres que les deja el trabajo o sus obligaciones familiares a lo largo del día. La verdad es que solo queda seguir trabajando día a día y continuar siendo la referencia de tanta gente. ¡Vamos a por ello!