El plástico forma parte de la vida moderna del hombre desde su creación y, a pesar de la concienciación sobre el cambio climático, en los últimos tiempos se siguen utilizando masivamente con total impunidad.
Si la mayoría de las personas fueran realmente conscientes de las consecuencias, esto mejoraría. Pero para ello, no solo hay que concienciar al consumidor sino también a las grandes empresas.
¿Cuánto tarda en degradarse y desaparecer una bolsa de plástico?
Seguramente ya lo sospechabas, pero las bolsas de plástico pueden tardar cientos de años en degradarse completamente en condiciones naturales. El tiempo exacto de degradación depende de varios factores, como el tipo de plástico, el grosor de la bolsa, las condiciones ambientales y la exposición a la luz solar, el calor y los microorganismos.
Las bolsas de plástico convencionales, fabricadas con polietileno de baja densidad (LDPE) o polietileno de alta densidad (HDPE), son altamente resistentes a la degradación debido a su estructura molecular estable. Bajo condiciones normales, pueden tardar entre 100 y 500 años en descomponerse por completo. Durante este proceso, las bolsas se fragmentan en pequeños trozos de plástico, conocidos como microplásticos, que pueden persistir en el medio ambiente durante mucho tiempo.
Aunque, la degradación de las bolsas de plástico puede acelerarse en ciertas condiciones, como la exposición a la luz solar intensa, el calor, los agentes químicos y la actividad microbiana, no evita que los seres vivos se vean perjudicados por ella y siguen tardando en degradarse varios años.
Todos sabemos que el uso excesivo de bolsas de plástico y la acumulación de residuos plásticos en el medio ambiente representan un grave problema ambiental, ya que pueden contaminar los ecosistemas terrestres y acuáticos, dañar la vida silvestre y representar riesgos para la salud humana. Por esta razón, es importante reducir el consumo de bolsas de plástico y promover el uso de residuos más sostenibles.
¿Cuáles son los peligros de los microplásticos?
Los microplásticos, que son pequeñas partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño, representan una gran amenaza para el medio ambiente, la vida silvestre y la salud humana. Estos microplásticos producen:
-Contaminación ambiental: Los microplásticos contaminan los océanos, ríos, lagos, suelos y aire, lo que afecta negativamente a los ecosistemas naturales. Se acumulan en el medio ambiente y pueden persistir durante décadas, liberando compuestos químicos tóxicos y alterando los ciclos naturales de los ecosistemas.
-Un impacto en la vida silvestre: Los microplásticos pueden ser ingeridos por una amplia variedad de organismos marinos y terrestres, desde peces y aves hasta mamíferos y microorganismos. Esto puede provocar obstrucciones intestinales, daño a los órganos internos, disminución de la capacidad de alimentación y reproducción, y eventualmente la muerte.
-Se transfieren a la cadena alimentaria: Los microplásticos pueden entrar en la cadena alimentaria cuando los organismos que los ingieren son consumidos por otros organismos más grandes. Esto puede resultar en la acumulación de microplásticos en los tejidos de los animales, incluidos los que se consumen como alimentos por los seres humanos, lo que plantea preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y la salud humana.
-Transportan contaminantes: Los microplásticos pueden adsorber y concentrar contaminantes químicos orgánicos persistentes (COPs) y otros contaminantes presentes en el medio ambiente, como los hidrocarburos y los metales pesados. Estos contaminantes pueden adherirse a la superficie de los microplásticos y ser transportados a través del medio ambiente, lo que aumenta su disponibilidad y toxicidad para los organismos vivos.
-Provocan impactos en la salud humana: Aunque la investigación sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana está en curso, se ha sugerido que la exposición a microplásticos a través del aire, el agua y los alimentos podría tener efectos adversos, como la inflamación, el estrés oxidativo y el daño genético. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente estos riesgos potenciales.
La reducción de la producción, el uso y la liberación de microplásticos es fundamental para abordar estos riesgos y proteger nuestra salud y el medio ambiente.
Sí, las leyendas son ciertas
Existen áreas en los océanos del mundo donde se acumulan grandes cantidades de desechos plásticos, a menudo conocidas como «islas de plástico» o «giros oceánicos de basura». Estas áreas no son islas sólidas de plástico flotante como a menudo se las imagina, sino más bien concentraciones de desechos plásticos que están dispersos en la superficie del océano y que pueden cubrir áreas extensas.
Los giros oceánicos de basura son causados por la acumulación y circulación de corrientes oceánicas, que pueden atrapar y concentrar desechos flotantes, incluidos los plásticos. Los principales giros oceánicos de basura se encuentran en cinco áreas principales: el Giro del Pacífico Norte, el Giro del Pacífico Sur, el Giro del Atlántico Norte, el Giro del Atlántico Sur y el Giro del Índico.
Estas áreas pueden contener una mezcla de plásticos de todo tipo y tamaño, desde botellas y bolsas hasta microplásticos degradados. Estas concentraciones de desechos plásticos son una grave preocupación ambiental, ya que representan una amenaza para la vida marina, pueden contaminar los ecosistemas oceánicos y costeros, y son difíciles de limpiar.
La lucha contra la contaminación plástica en los océanos requiere esfuerzos a nivel mundial para reducir la producción y el consumo de plásticos. La concienciación pública y la adopción de políticas y regulaciones ambientales más estrictas también son cruciales para abordar este problema.
La importancia de los bioplásticos
Los bioplásticos son una alternativa prometedora a los plásticos convencionales derivados del petróleo porque están hechos de fuentes renovables, como almidón de maíz, caña de azúcar, celulosa y otros materiales vegetales. Aunque los bioplásticos pueden ofrecer ciertos beneficios ambientales en comparación con los plásticos tradicionales, es importante entender que su impacto ambiental depende de varios factores, incluido su ciclo de vida completo y su gestión adecuada al final de su vida útil.
Estos pueden sernos de gran ayuda para abordar todos los problemas que tenemos actualmente con los plásticos:
-Los bioplásticos se derivan de fuentes renovables, lo que significa que pueden reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la extracción y la producción de plásticos convencionales.
-Algunos bioplásticos están diseñados para ser biodegradables, lo que significa que pueden descomponerse en componentes naturales, como agua, dióxido de carbono y biomasa, bajo ciertas condiciones ambientales. Esto puede ayudar a reducir la acumulación de desechos plásticos en el medio ambiente, especialmente en entornos como los océanos.
-Estos también pueden degradarse más rápidamente en la naturaleza en comparación con los plásticos convencionales, que pueden tardar cientos de años en descomponerse. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la biodegradabilidad de los bioplásticos depende de diversos factores, como el tipo de material, las condiciones ambientales y la disponibilidad de microorganismos descomponedores.
-Aunque los bioplásticos pueden ser una opción más sostenible en términos de su origen y degradabilidad, es fundamental gestionar adecuadamente los desechos bioplásticos al final de su vida útil para garantizar que se descompongan de manera segura y no contribuyan a la contaminación ambiental.
Es cierto que las empresas aún no tienen muchas facilidades para reducir su uso de los plásticos, pero esto es un problema que nos afecta a todos y se deben hacer los esfuerzos pertinentes. Buscar empresas proveedoras de este tipo de bolsas biodegradables compostables como Bioplásticos Alhambra puede ser una solución. Solo hay que poner de nuestra parte.